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  • Foto del escritorRené Jiménez

Ni siquiera los expertos son infalibles

Estas son las únicas imagenes existentes de un ejemplar real de macuahuitl, el arma de los aztecas que consiste de un garrote de madera con hojas de obsidiana afilada a lo largo de sus bordes.

Esta arma, junto con varios otros objetos valiosos se perdieron en el fuego que destruyó parcialmente la Armería Real de Madrid en 1884. Dieciocho años antes, en 1868, el fotógrafo francés Jean Laurent Minier capturó un par de imagenes, a las cuáles tituló Amure chinoise en fer, (armaduras chinas de hierro) cuando en realidad son armaduras japonesas laminadas, y de acero. Las armas que acompañan estas armaduras son un macuahuitl y un tepoztopilli (una lanza azteca) que comparten el mismo patrón de adornos.

Las armas fueron ilustradas treinta años antes de estas fotografías por Achille Jubinal, y ambos macuahuitl y tepoztopilli se presentan entre un par de escudos que llevan el nombre de rodelas japonesas, lo que nos parece indicar que los curadores no tenían idea clara de su orígen, y que posiblemente hayan estado montadas en exhibición aunque pertenecen a tiempos y lugares vastamente distintos.

Este tipo de errores (como señalé al final del artículo acerca de mitos, con la armadura Bashford-Dean) eran muy comunes ya que muchas de las colecciones provenían de fuentes sin etiquetar, se compraban o donaban colecciones con ejemplares sin documentos y sobre todo, porque algunas fuentes de consulta con las que contamos hoy en día aún no se encontraban catalogadas.

Reproducciones modernas

Al observar los bordes del ejemplar histórico, su mango y sus proporciones es natural que nos asalten dudas. Es obvio que la pieza de museo original era un arma ágil, más similar a una espada que a un mazo. Los espacios entre las hojas afiladas de pedernal son muy reducidos. ¿Entonces por qué creemos que el macuahuitl tiene este aspecto? Probablemente porque las réplicas se basan en el dibujo altamente estilizado que aparece en códices. Otra probable razón sea que a las culturas colonizadoras les gustaba resaltar de más el aspecto salvaje y burdo de los pueblos que oprimían. Es más fácil ser cruel y justificar abusos contra nuestros semejantes sin tanto cargo de conciencia cuando nuestro juicio está manchado por un contexto que los presenta como seres ajenos y extraños.

Guerreros aztecas, según el Códice Florentino

Es por eso que debemos de tomar en cuenta el contexto de la cultura que presenta objetos históricos e informarnos muy bien. Si queremos verificar fuentes, es preferente que sean posteriores a la revolución industrial, ya que muchas veces las colecciones no eran manejadas por expertos, sino por personas cuya especialidad era más la de un diseñador de aparadores comerciales. Su interés radicaba en atraer visitantes a mundos exóticos y desconocidos más que en exponer la verdad.


Llevando este caso a las espadas europeas, muchas veces se juzga su calidad por el aspecto que tienen al ser halladas y presentadas. Lo que vemos en una foto o en vitrina es el aspecto del arma al ser descubierta - no su estado funcional. Tenemos el caso de espadas encontradas en el fondo de ríos, en pozos o al dragar un pantano:

Y otras, como la del arsenal de Alejandría, que se han conservado en constante mantenimiento:

Ambas espadas son contemporáneas, del S. XIII - XIV. Pero aún en la espada de la foto inferior, alcanzamos a ver una patina y corrosión en picaduras (las manchitas oscuras). Al querer compararlas con las fotos de la hoja de una Tachi japonesa de una antigüedad similar que fue encontrada en 2018 al hacer reparaciones del techo del Gran Santuario Kasuga , puede parecer natural pensar que se trata de un acero de mejor calidad... pero tomemos en cuenta que Japón tiene leyes muy estrictas en las que las piezas históricas deben ser restauradas antes de presentarse al público. Esta espada se le consignó a Koshu Hon'ami - un pulidor maestro considerado "tesoro nacional viviente" que se encargó de repararla con métodos tradicionales hasta dejarla en estado usable.

espada antigua encontrada en el techo de un templo, en Japón

¿Cómo la ven? Yo digo que aunque nos juzguen de mamones y aguafiestas como todo en la vida, un grado de escepticismo suele muy saludable si lo que perseguimos es la verdad.

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