¡Por el poder de Grayskull!
- René Jiménez
- 13 oct 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 14 oct 2022


Comenzaré mi viaje por el mundo de las espadas de ficción escibiendo un poco sobre la primer espada que capturó mi imaginación: La espada de poder (o espada de Grayskull) de la línea de juguetes y caricatura de los tempranos 80’s: He-Man y los Amos del Universo. Decidí enfocarme en solo una de las versiones que coexistieron en ese tiempo: la de los mini-comics que se incluían con las figuras de acción tiene gavilanes abiertos, así que me enfoco en la de la serie animada de Filmation; voy a omitir las versiones que se hicieron para la película de 1987 y los relanzamientos o adaptaciones posteriores de la franquicia, porque su forma y funciones cambiaron dramáticamente.
Tenemos que empezar por la morfología misma de la espada: La espada de poder no se adapta a ningún ejemplo histórico aunque su base es esencialmente de una hoja lanceolada, propia de aquellas de la edad de hierro. Las culturas asiria, celta y hatti particularmente favorecieron esos modelos. Aunque existen ejemplos de espadas de hierro con formas similares a las espadas vikingas fabricadas por pueblos fineses del S. V al S. XVIII, en gran parte de la cultura nórdica vemos que el acero poco a poco desplazaba al hierro como materia prima tanto para herramientas como armas. Una de las diferencias principales al comparar estos dos metales es la ductilidad (la capacidad de deformarse sin romperse) del hierro, lo que es bueno para alambres, pero malo para armas. Las espadas requieren tanto de dureza como de elasticidad (sufrir deformaciones sin romperse, pero volviendo a su forma original ya que se remueve la tensión) y para conservar esta última propiedad física las espadas necesitaban una base y espina muy anchas.


Algo que presenta una gran dificultad cuando comparamos el diseño de las espadas de ficción y fantasía con las que conocemos como ejemplos arqueológicos e históricos es que, de existir como una réplica, es que serían absurdamente pesadas. Todas las espadas hacen un compromiso entre su solidez con su coeficiente de maniobrabilidad -- en el caso de la espada de poder, aún haciendo la concesión de que He-Man posee una fuerza sobrenatural, tenemos varios elementos que no funcionarían del todo. El pomo de la espada es demasiado pequeño, su ricasso es muy grueso y la hoja muy corta y delgada para una base tan enorme.
Siguiendo los diagramas de Peter Johnsson y Vincent LeChevalier en su libro "Das Schwert – Gestalt und Gedanke" (La espada, forma y pensamiento) para calcular los puntos de balance, percusión y nodos de vibración de espadas, se deduce que la dinámica de la espada de poder nos deja un arma con la que es súmamente dificil cortar con precisión. Por la proporción de la empuñadura con el resto de la espada, para realizar un buen corte se necesitaría desplazar nuestra mano con una mayor distancia de la usual y el control de la punta (la característica de poder mantenerla fija en un punto en el espacio mientras uno ajusta su peso y postura) sería en el mejor de los casos incierto.

El principal problema lo detectamos en la combinación del grosor de su base y lo corto de su hoja. Mientras más fuerza se imprima en un corte, siendo consecuentes al tercer principio de termodinámica (A toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: esto es, que las fuerzas de dos cuerpos al encontrarse mantienen su masa o peso pero dirigidas en sentidos opuestos) menor es la presión por milímetro cuadrado de superficie que se imprimen en el punto de percusión, y en cambio sería mucho mayor la cantidad de fuerza que regresa a nuestras manos. Este fenómeno se llama “hand shock” y en términos muy básicos, son aquellas vibraciones producidas por energía residual que no logra disiparse. El hand shock se percibe como una descarga eléctrica que puede recorrer nuestra extremidad, y produce dolor proporcional a la potencia con la que fue lanzado el golpe. A mediano y largo plazo el uso de objetos que retroalimentan mucho la fuerza de regreso a las manos con un balance comprometido (como un marro de construcción), con mucha vibración (los martillos neumáticos / hidráulicos usados en demolición o jackhammers) o aquellos que manejan tensiones y energía potencial muy altos (como los arcos recurvos) causan un desgaste en los tejidos conjuntivos, daño a los nervios y al sistema circulatorio, debilitando articulaciones y causando hipersensibilidad y dolor crónico.

Esta lesión, conocida como Osteonecrosis postraumática del semilunar es la inflamación crónica del túnel carpiano; presenta contusión ósea, principalmente al escafoides y semilunar, y en ocasiones lleva a artrosis severa por osteonecrosis, también conocida como enfermedad de Kienböck (que tiene la distinción de ser la primera enfermedad descrita con el uso de Rayos X)
¿Conclusión? Se trata de una excelente espada de juguete. Sus bordes romos y la geometría comprometida la destina a tener un grado inusual de ineficiencia al momento de distribuir su peso e imprimir poca fuerza en el contacto. Estos detalles hacen que una réplica de plástico sólido (y me atrevería a decir que hasta una confeccionada de fibra de vidrio o acero) nos dejen con un modelo de arma que resulta irónica e inusualmente segura. Al menos a la hora de realizar cortes, ya que desconozco la forma de medir con exactitud la flexibilidad en su tercio débil... tal vez sigue siendo potencialmente peligrosa para practicar estocadas. Al final de cada capítulo en la serie animada (sobre todo como respuesta ante la crítica a la publicidad explotativa dirigida a niños para la línea de juguetes de Mattel ®) se presentaba un pequeño epílogo con una lección moral. Creo que He - Man puede descansar orgulloso sabiendo que los diseñadores fueron accidentalmente responsables y se esforzaron en crear algo que no solo se ve cool, también es relativamente seguro.

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