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Miedo, riesgo, peligro y el efecto Peltzman al entrenar combate

  • Foto del escritor: René Jiménez
    René Jiménez
  • 20 ene 2024
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 22 ene 2024

Cuando hablamos de combate, siempre estará involucrado el tema del miedo y del peligro. Curiosamente aunque esos dos conceptos están íntimamente relacionados, puede sorprendernos que no son consecuencia directa ni proporcionales uno del otro.


Un ejemplo concreto: si vemos al miedo (muy razonable) a ser conectado por un golpe, observaremos que el grado de alerta con el que se enfrenta suele estar más relacionado con la falta de familiaridad para distinguir niveles de dolor en nuestro cuerpo que con la intensidad real del peligro representado por una lesión. Hay dolores que solo señalan una equivocación, dejan evidente que hemos dejado un área de nuestro cuerpo expuesta y que debemos trabajar para no invitar el contacto; estas se vuelven sencillas de notar sin la compulsión de una reacción inmediata y subconciente. De lado contrario hay dolores que indican un daño que no es posible reparar de inmediato a nuestros órganos o tejidos y no solo es poco recomendable, resultaría PELIGROSO decidir ignorar las señales.


Esto se debe en gran parte a reacciones automáticas, a instintos con los que nacemos. Al acercar un filo o algo puntiagudo a nuestra cara, es interesante ver que nuestro cerebro manda la señal para cerrar los ojos, bajar el mentón. Aunque el acto de desviar la vista sea contraproducente para la defensa activa de manera inconciente estamos minimizando la probabilidad de que los ojos y el cuello queden expuestos.


Desde recién nacidos y hasta los 6 meses de vida, al escuchar ruidos fuertes los bebés cuentan con un movimiento llamado reflejo de Moro, que consiste en extender y abducir los brazos rápidamente para después aducir y apretar, como queriendo abrazar algo. Se cree que su utilidad obedece al desarrollo ontológico de un primate arbóreo, porque también lo presentan hasta los protoprimates, como el lemur. (gracias al Dr. Jorge Cardoza por la corrección!)

En adultos no entrenados vemos un conjunto de movimientos instintivos llamados flinch en los que se retraen brazos y piernas hacia el torso, buscando proteger a los organos de la caja torácida, que nos puede llegar a resultar familiar:

Guardia tradicional de Muay Thai

Gran parte del éxito en un sistema de combate es tratar de orientar esa respuesta sensitiva y motora ante una amenaza en base a repeticiones.

Así que si a la amenzaza de un dolor específico le añadimos dos factores nuevos:

a) la sorpresa

b) la vulnerabilidad de los tejidos en esa zona del cuerpo

podemos comenzar a estudiar y entrenar aplicaciones de una cara muy interesante de las ciencias aplicada al combate: la tolerancia al miedo y al dolor.


Para lograr esto de manera eficiente (es decir, no solo buscando el efecto - eso sería eficaz - sino aprovechando cada una de las ventajas condicionales) podemos apoyarnos en la teoría de compensación de riesgos, una área de estudios que curiosamente nace bajo los intereses de compañías aseguradoras, ingeniería industrial y planeación cívica.


El efecto Peltzman es un fenómeno psicológico observado que señala: a grandes rasgos las personas ajustamos nuestro comportamiento acorde a cómo percibimos el nivel de un riesgo, volviéndonos precavidos cuando los sentidos indican peligro y reduciendo nuestro nivel de alerta cuando creemos estar más seguros y protegidos.


Esto, paradójicamente deriva en que muchas personas adopten actitudes irresponsables y enfrenten riesgos innecesarios mientras más dependan de factores externos para su protección, lo que resulta en beneficios significativamente reducidos de sistemas de seguridad. Hasta existe un estudio estadístico que sugiere que la falla de programas de distribuir condones para reducir la prevalencia del HIV se deba a que la confianza en el preservativo estimula un grado inusual de deshinibición, que propicia un estímulo a buscar actividad sexual de alto riesgo o a realizarla de forma imprudente.


Sam Peltzman un profesor de economía en la Universidad de Chicago observó que los conductores comenzaron a manejar sus vehículos más cerca unos de otros, a mayores velocidades y con menor atención a malas condiciones como lluvia y grava suelta cuando se incluyó en la publicidad el detalle que sus automóviles contaban con el nuevo sistema ABS (anti-bloqueo) en los frenos. Aunque el nuevo aditamento aumentaba significativamente la seguridad de los autos, el número de accidentes con lesiones graves y mortalidad aumentó. Esta opción sigue siendo incluída desde la fábrica en el sistema de frenos que se fabrican desde mediados de la década de 1980, pero ya no se "anuncia" como una medida de seguridad particular o diferente.


Otro ejemplo del efecto Peltzman en acción con resultados diferentes lo vemos en el Dagen H (día H - la H proviene de höger, derecha en sueco) en el que a las 5:00 de la madrugada, Suecia cambió el sentido de circulación del tráfico pasando de conducir por la izquierda a hacerlo por la derecha. Los analistas habían sugerido que cambiar de lado de conducción reduciría el número de accidentes porque se tendría una visión mejor de la carretera, y, ciertamente, los accidentes entre coches y con peatones disminuyeron considerablemente después del cambio. El lunes posterior al día H se contabilizaron 125 accidentes de tráfico, un número menor que el rango entre 130 y 198 del lunes anterior. No se atribuyó ningún accidente mortal al cambio de sentido...

adivinen qué demográfica poblacional es responsable de la mayoría de los accidentes...

...pero es de notar que muchas personas mayores (motivos y sujetos principales de gran número de accidentes) dejaron de manejar por que no quisieron tener que modificar o aprender habilidades para adaptarse a la nueva situación, eligiendo el transporte público y otras alternativas.


Así como estos podemos encontrar varios ejemplos,como los casos con las leyes para penalizar a quien no usara los cinturones de seguridad y recientemente con la falta de uso tanto de distanciamiento como de mascarilla en público en la epidemia de COVID-19 tras la distribución de la vacuna.


Todo esto se reduce a que solemos adaptar nuestra conducta en respuesta a un proceso de balance entre costo y beneficios, aunque los datos provengan de nuestra imaginación o de actitudes empíricas, valorando más experiencias individuales e incomodidades pasajeras que la evidencia obtenida por métodos científicos.


OK, OK, OK ya llevo una cuartilla de datos fríos y ciencia. Esto es ABURRIDO, así que voy a suponer que se preguntará usted: ¿cómo repámpanos funciona tanta teoría en combate con espadas?

Recuerdo que Anesti Vega (veterano de combate en la guerra del Golfo con la división aérea 101 y el 7mo grupo de fuerzas especiales de Estados Unidos, instructor de SCUBA, practicante de capoeira y cinturón negro en BJJ) escribió en una publicación que desgraciadamente no pude localizar en su antiguo blog sobre un compañero de entrenamiento con un grado mayor que el suyo que murió en un enfrentamiento con un asaltante de 14 años que portaba una navaja. En cambio, es frecuente leer noticias donde un cinturón blanco en Taekwondo o una chica con dos meses de Wing Chun que dejan fuera de combate o le rompen la nariz a un agresor. El elemento en común que observo en ambos casos es: Estas personas modificaron su comportamiento debido a su familiaridad con escenarios de combate. Mientras que el maestro experimentado menospreció el riesgo en presencia de un arma, la cautela y el rush de epinefrina que vemos en personas donde el miedo y la cautela toman las riendas ante un evento de peligro fueron su carta de triunfo.


Un estudio reciente (Injury profile of Longsword fencing in Historical European Martial Arts : a retrospective questionnaire study

Sean Wauters and Damien Van Tiggelen (UGent)

(2016) JOURNAL OF COMBAT SPORTS AND MARTIAL ARTS. 7(2). p.81-88 ) llega a la conclusión que debido al uso de simuladores de armas y de protección diseñada específicamente para ellas, en el sparring y en los torneos de HEMA se observa un perfil muy específico de lesiones distinta al de otras artes marciales y deportes de contacto. Resalta que para llegar a esto se consideró que la esgrima histórica es una actividad relativamente nueva, con menos de cuarenta años de establecerse formalmente y por lo mismo resulta difícil recabar datos suficientes para determinar con certeza si combatir con "kit" completo (la ropa/armadura especializada para proteger) está generando comportamientos ligados a la compensación de riesgo, o qué tipo de armadura moderna está fallando a la hora de prevenir lesiones o si se trata de deficiencias por parte de los entrenadores para hacer énfasis en la defensa de la integridad física sobre marcar puntos.


Otro caso, directo de la documentación histórica es que los sistemas medievales de espada recomiendan no dejar las manos extendidas, con la punta al frente.

sprechfenster, langort, posta longa o longpoint.

Pero muchos practicantes modernos con un alto nivel de éxito, como Martin Fabian usan dominantemente esa guardia sin que sus manos sean constantemente alcanzadas. De acuerdo a Martin Fabian, esta es su postura preferida para esperar, descansar y lanzar un ataque comparándola con otras guardias de la escuela alemana.


Cada riesgo lleva su probabilidad de fallo, y con él su consecuencia. Si tuviéramos la capacidad de medir estos parámetros hasta podríamos calcular una ecuación que nos indicaría:

RIESGO = (Potencial de que algo sea probable) x (Consecuencia)


Martin Fabian es REALMENTE muy buen esgrimista, con un nivel notable de éxito pero a pesar de esto recibe más contacto defendiendo sus manos a alta velocidad que lo que sufriría un estduiante de su estilo de esgrima en el Siglo XV. Martin Fabian enfrenta el riesgo específico de que sus manos (que llevan armadura apropiada para absorber el golpe de un simulador flexible, sin punta ni filo sean) alcanzadas. Esto le daría un punto a su contrario, por lo que no creo que eligiría esta postura si la consecuencia de ser tocado fuera una lesión grave o un desarme.


Medimos las consecuencia dependiendo del contexto. En un torneo, lo peor que esperas que te pase es que pierdas el asalto, en un duelo, podrías perder el uso de tu mano. El peligro aumenta si en lugar de una espada larga, estamos usando una ropera, una messer o un sistema que use la espada en una mano:


Andrew N. Kenner nos escribe lo siguiente en su libro "I33 Fencing in the style of the Walpurgis Manuscript" haciendo referencia a la postura de guardia extendida, en espadas a una mano:

Los esgrimistas novatos, o aquellos que tienen experiencia en esgrima Olímpica suelen comenzar extendiendo el brazo que blande la espada y la punta hacia el oponente. Esto presenta un número de desventajas; las espadas enfocdas al corte son muy efectivas no solo para cortar al cuerpo, también cortan al filo del oponente. Al mantener la espada extendida facilitamos al oponente batir nuestra defensa sin necesidad de aplicar gran fuerza fuera de la línea central del cuerpo, exponiéndolo a contraataques por las aperturas creadas.

El manuscrito Ms. I33 espera que sostengas la espada en una mano, pero en la otra llevas un broquel. Martin Fabian usa Langort con la espada larga, que funciona no solo como tu herramienta ofensiva, sino como tu escudo y sobre todo como una palanca. Al usar las dos manos generamos puntos de apoyo que vuelven la postura extendida una opción mucho más versátil y fácilmente defensible.


Y no podemos ignorar o eliminar estas posturas, porque así es como acortamos la distancia para estocar. Vemos como regla general que mientras más antiguo sea el sistema, más recae en el uso de posturas de guardia donde la punta está fuera de línea y los brazos retraídos, porque se confía en la distancia o el uso de un escudo para proteger las manos. Con armas posteriores, como la ropera los sistemas se enfocan en posturas extendidas al grado que las únicas guardias mencionadas en los tratados son estas, en parte por mejoras en el metalurgia, diseño y la presencia de cazoletas, en parte porque el punto de pivote de estas armas hace que su uso requiera estas posturas.


Para concluir, propongo que lo primero que debe hacer toda aplicación de un sistema de pelea es dejar de intentar de "desentrenar" un instinto. Sale mejor aportar habilidades en lugar de suplantarlas, de incluir algo nuevo (y útil) en lugar de corregir algo que ya se estableció y tal vez parezca inútil. Sonará trillado, pero tampoco se trata de no tener miedo, se trata de reconocer que el miedo es la herramienta que nos aporta adrenalina ante situaciones de peligro y aprovechar este efecto para hacer algo al respecto en lugar de que nuestra primera opción sea elegir paralizarnos.

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