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  • Foto del escritorRené Jiménez

Estrategias y Tácticas

Como escribí en la entrada sobre precisión y exactitud, uno de los principios básicos en una clase de combate es tener claras las palabras que usamos para explicar nuestras ideas. No hay garantía de que ya con eso desaparecerán discusiones y confusiones, esas están garantizados independientemente de nuestra postura, pero sería muy bueno buscar reducirles al mínimo.

Esta inquietud con la que tanto insisto por definir no es para establecer un conceptos como algo tallado en piedra; nuestras definiciones siempre deben considerar la palabra clave contexto. Con frecuencia encontraremos la explicación de estrategia como aquello relativo a las acciones que pertenecen a un plan a largo plazo, y la idea de táctica a las acciones relacionadas con un plan a corto plazo – pero estas definiciones provienen de disciplinas como la mercadotecnia, y resultan algo disperas para aplicarse en situaciones donde analizamos un duelo. En términos militares, las tácticas se refieren al uso de fuerzas armadas en escaramuzas, mientras que la estrategia pertenece al uso de escaramuzas para ganar una guerra. Bueno, a lo mejor estamos un poco más cerca de forma metafórica a nuestro objetivo principal – hallar las frases que de forma clara y concreta nos ayuden a entener las diferencias entre ambas ideas, pero en contexto de un encuentro cuerpo a cuerpo con violencia y considerando la espada como arma principal.


En la esgrima histórica veremos que las definen sus objetivos: El de la estrategia es terminar el conflicto. La táctica serán los caminos que seguimos para llegar al fin que la estrategia propone.

La palabra clave aquí no es "ganar" es terminar, dar fin. Esto puede ser escapar, o mostrar tanta superioridad atlética o técnica que asuste al oponente (muchos duelos de honor del renacimiento se terminaban "a primera sangre") o hasta buscar que el oponente quede fuera de combate dejándolo inconciente o causando dolor o lesiones. Hay que tirar a la basura la idea que todos los duelos necesitan ser a muerte.

Si fuéramos Batman, nuestra táctica sería causar el mayor dolor posible. Dar una lección. Pero no somos Batman.

Si la estrategia es enfrentarnos con el contacto mínimo, consideremos comprar tiempo enfocándonos en técnicas de defensa y controlando la distancia en lo que buscamos un escape o llamamos por ayuda. Si en cambio, no sabemos si vamos a enfrentar a otro oponente, debemos economizar nuestra energía, es válido contemplar técnicas sucias como patear las pelotas y tirar tierra a los ojos.


Lo importante es entender que al final nuestras tácticas deben ser compatibles con la estrategia. El contexto es el que nos dictará la manera adecuada de actuar. Si el objetivo es enfrentar a un bravucón en el patio de la secundaria o desescalar el conflicto con un grupo de adolescentes borrachos fuera de un bar forzosamente nuestros métodos deben diferir de una pelea en la que se lucha por sobrevivir. Aunque nuestro entrenamiento sea de pugilista profesional, un guardaespaldas, un soldado o una figura de autoridad pública, tenemos que entender los límites y asumir un grado de realismo y responsabilidad con las consecuencias futuras de nuestras acciones.


Con frecuencia los medios de entretenimento nos venden una idea demasiado simplificada sobre el razonamiento que se lleva a cabo en una pelea, por lo que rara vez notamos que la táctica y estrategia casi siempre las encontraremos intercambiando lugar de importancia. Las estrategias suelen transformarse rápidamente, porque pelear es en esencia una actividad dinámica. Puede que ambos oponentes inicien con el fin estratégico de vencer en la pelea, pero mientras más tiempo se invierta y tarde uno en llegar a este fin, se vuelve más claro que la estrategia original no es óptima, hay que cambiar el enfoque de atacar a defenderse. Si somos observadores vamos a ver que segundo a segundo las tácticas usadas siguen siendo válidas, la estrategia es la que termina siendo diferente. En el caso de la esgrima antigua, podemos ver cómo Fiore nos muestra esto proponiendo que cada técnica de ataque tendrá una dos contras y respectivamente cada una de las contras o como máximo tres respuestas. Si quisiéramos programar secuencias de más de tres movimientos, debemos plantearnos que en realidad lo que hacemos es planear desaprovechar a propósito nuestras das primeras oportunidades.

"Todo el mundo tiene un plan hasta que te revientan el hocico" Mike Tyson, boxeador y poeta

Hay ocasiones en las que nuestra táctica es un escape seguro con contacto mínimo (lo que debe ser el enfoque de todo sistema de defensa personal) por lo que sujetar al oponente hasta la sumisión o aventarse un ground and pound no resultan coherentes; una proyección de Judo para que azote el atacante y correr están más alineados con estrategias de defensa.

Saliendo del terreno de la teoría, es importante recordar que las peleas empiezan rápido y terminan extremadamente rápido, en un estado de caos. Sea en la calle o en el ring, para todo KO la estrategia es querer terminar la pelea de un golpe. La táctica del atacante será cerrar distancia decisivamente buscando la quijada del oponente. Todos los que alguna vez hemos sido noqueados, aunque nos recuperemos de inmediato podemos recordar lo debilitante y desorientante que resulta: tus senos paranasales se llenan, los ojos lagrimean, la dificultad de respirar y mantener el equilibrio. Como defensor estrategia y táctica también deben ser terminar con el conflicto lo antes posible, pero si percibimos que la intención e iniciativa fue tomada por el otro, es un error responder un ataque con otro. En cambio, se debe buscar la contra: Interrumpir, bloquear, interceptar, desviar, deflectar o absorber con una parte menos vulnerable, y solo devolver la violencia cuando confiemos en que podemos atacar sin recibir respuesta.


Conclusión:

De seguro todos hemos escuchado la cita bíblica "Quien vive por la espada, muere por la espada" Si se nos inculca que la agresión solo se resuelve con agresión, eventualmente y sin importar lo fuertes o rápidos que seamos, llegará el día que estemos viejos (y bueno, reconozco que la inteligencia y malicia por lo general le ganan a la impaciencia de la juventud) ... bueno, llegaría el día en que tendremos mala suerte. Nadie puede ganar por siempre. Por eso es importante que nuestra táctica y estrategia principal sea evitar conflictos a menos de que sea inevitable.

"Quando io me incroso cum uno e uegno al streto, Entro li chogiuni el fiero cum lo pe drito" - Cuando cruzo espadas y se angosta la distancia, golpeo sus testículos con mi pie derecho

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