Abrazare, un arte de lucha de la Italia medieval
- René Jiménez
- 9 may 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 13 may 2024
La vez anterior escribí sobre cómo Fiore daba lecciones en secreto, y esto era algo que él tomaba muy en serio. Nos sugiere que para que sus tácticas funcionen sin falla debían ser poco ortodoxas, movimientos que pocas personas hubieran visto antes.
Cuando decidió escribir y publicar su libro "la Flor de las Batallas" (alrededor de 1410) ya era una persona mayor. Esto lo calculamos porque en la edición más antigua habla de tener cuarenta años de experiencia, y en la más reciente, publicada diez años después lo reafirma. Fueron sus alumnos quienes lo hicieron cambiar de idea, para que su sistema fuera fácil de entender y pudiera ser recordado por siempre.
Ahora, al igual que la materia no crea ni se destruye, el abrazare no aparece de repente - no se trata de algo que Fiore inventó a solas, de la nada. Nos cuenta que estudó con maestros "todeschi" (de la raíz teutsch, [teutón] que se pronuncia como el moderno "Deutsch" y se usa para aquellos que vivían en territorio o que hablan un dialecto germano) y con compatriotas italianos desde que era muy joven, gracias a eso creemos que practicó sus técnicas en contra de esgrimistas practicantes de lo que hoy conocemos como KDF (el Kunst Des Fechtens - el arte de esgrimir, que es el estilo más popular para competiciones de espada larga en HEMA).
Fiore incluso muestra una técnica donde un sujeto está sentado y alguien trata de apuñalarlo y él únicamente tiene su bastón de alguacil (bastoncello), un símbolo de oficial con el que tiene que defenderse. Al analizar al Armizare notaremos que no era el último grito de la moda, sino un sistema quizá un poco anticuado aún para su tiempo: su especialidad era combate al estilo del siglo anterior (XIII) y su intención no era servir solo para espada, la misma técnica y posturas debían servir con daga, lanza y a mano desnuda; las guardias y ataques debían ser utiles con o sin armadura, a pie o a caballo. Era un estilo marcial que vio su uso principalmente en duelos judiciales y se aplicaba en dos modalidades combatter a sbarra (batirse en las listas) y combatter adoltrança (combate a muerte). Tal vez nos guste pensar que la gente en tiempos remotos eran poco civilizados, sin embargo ya en el Silgo XIV los duelos eran mal vistos, por lo que fueron cada vez reglamentándose más, creando condiciones específicas para definir un final hasta que paulatinamente fueron completamente penalizados.

a) Fiore describe esta guardia, comenzando del agarre de pie, el clinch. Usando la mano izquierda, trabamos su brazo desde la cara interna del codo. Como vemos, si Sean Franklin (a la izquierda) que es más grande que Richard Marsden (derecha) decide empujarlo hacia atrás usando su peso, lo hará con facilidad. Pero por un momento ese brazo queda atascado. Una de las situaciones más naturales que se dan en el forcejeo cuando trabamos un vector de ataque es que Sean coloque su otro brazo sobre el hombro de Richard, buscando el cuello.
En el tercer cuadro es donde Richard aprovecha la extensión de Sean y manda su mano derecha para arriba, enrrollando con violencia el codo sobre el hombro, subiendo y rotando.

b) Una vez que Sean ajusta su postura, las manos de Richard se juntan por encima de la articulación del codo al mismo tiempo. Con el cuerpo en perfil se aprovecha ese instante, y dejando su pierna derecha fija como soporte (cuadros 2 y 3) Richard mueve su pierna izquiera al lado y atrás.
En el caso de un duelo de aquellos tiempos a diferencia de la defensa personal actual el objetivo principal no era llevar al suelo y controlar o buscar una sumisión. Para ganar el duelo no bastaba con pinzar e inmovilizar al contrario, se buscaba romper el codo. Aunque en su ejercicio (Fiore nos señala que debíamos ser cuidadosos al practirar) es obvio que no se buscara provocar daño permanente a nuestro compañero o discípulo, la idea central era que en su aplicación en combate debíamos causar el mayor daño posible a la articulación.
Ahora, es muy fácil zafarse de esta técnica, y Fiore es muy ingenioso, porque en su siguiente secuencia (a las que llama zogho o juegos) nos muestra algo que probablemente sea una respuesta a alguien tratando de liberarse.

c) Así que aquí vemos de nuevo, en el clinch de la primera técnica, trabando con la mano izquierda la curva interior de su codo opuesto... al ir a rodar su codo con la mano derecha, Sean detecta el movimiento e intenta retirar el codo y comienza a desplazar su peso hacia atrás para salir...

d) como Richard intuye (ya que él provocó) esa respuesta, con su mano derecha se mueve hacia la quijada; con la izquierda suelta el codo, desciende y levanta la pierna más cercana por debajo de la rodilla para hacerle perder el equilibrio.
Aquí vemos uno de los principios más importantes del Abrazare: Si nuestro oponente cuenta con ventaja de fuerza o tamaño, naturalmente será difícil manipularlo. Si tratamos de "descuadrarlo" al mover sus hombros, es evidente que aquél que sea más fuerte podrá resistir. PERO una cabeza no pesa tanto, así que puede usarse como punto de palanca para iniciar ese empuje hacia atrás. Incluso si presenta resistencia (a menos de que nos enfrentemos a un villano de comics) su cabeza tendráa un peso determinado que suele ser considerablemente menor al compararla con el de nuestro cuerpo.
Ese mismo principio aplica con la espada larga: mi forte sobre su debile. Hay que evitar gastar tiempo y energía en forcejear; si nuestro intento de ataque es interceptado o bloqueado y nuestro oponente presenta resistencia es cuando aprovechamos nuestro conocimiento de física y biomecánica para buscar un ángulo, y debemos hacemos esto una y otra vez de manera constante hasta que su defensa deje un hueco, su balance quede comprometido y al fin logremos la transición en la que doblamos aquella articulación que quiere permancecer recta, o usando puntos de anclaje extendemos la articulación que desea mantenerse flexionada. Mucho antes de que llegue al punto de fractura, gracias a la amenaza de la inestabilidad (o del dolor) podemos persuadir al cerebro del enemigo que dejarse llevar al suelo es una mejor idea que quedar con un miembro destruido.
Fundamentalmente:

Si un brazo está doblado, o doblándose - lo giramos.

Si un brazo está recto, o enderezándose - lo hiperextendemos.
Algo que me parece genial sobre Fiore es que afirma en su texto que no todas las técnicas sirven todo el tiempo, y que uno debe de seguir intentando variantes. El que sea así de honesto respecto a que sus movimientos pueden fallar nos enseña que en lugar de pensar "esto no me funcionó" al primer resultado negativo, debemos buscar, buscar y buscar... seguir, seguir y seguir. Dejamos de calificar o etiquetar al fallo como un error y lo ubicamos como un intento. Este método resalta la importancia de crear parámetros en nuestra memoria sin que tengamos que machetear o clavarnos en memorizar patrones fijos.
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