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  • Foto del escritorRené Jiménez

Y eso de la esgrima histórica ¿funciona en una pelea real?


Existen veinticinco buenos o malos razonamientos lógicos tras casi cualquier actividad, pero generalizando, la mayor parte de la gente tiende a enfocarse en cientos de otros detalles que resultan irrelevantes o estúpidos (...) Comentarios sobre técnicas de boxeo como ‘oh, Floyd sostiene su mano de esta u otra manera, o a este sujeto le gusta soltar jabs de esta forma, o ¡es muy importante que tu golpe conecte con ESTE nudillo!, y esta persona ahora dice con ESE OTRO nudillo... en el jiu jitsu es muy importante que sostengas tu agarre tres pulgadas sobre la solapa y dos a la derecha... Roger Gracie lo hace así, pero Cobrinha dice que debe ser asá’ ... claramente todas funcionan bajo las circunstancias correctas y no funcionan bajo las incorrectas, ¿Importa con qué nudillo aterrize el contacto? claro, seguro que importa. Pero importa muchísimo menos que quizá otros veinticinco factores escenciales que realmente marcan una diferencia.
Ryan Hall, sobre los pricipios del Jiu Jitsu

Caer en estos errores (atribuir el éxito a técnicas secretas en lugar de a bases sólidas) es tristemente muy común, y en la mayor parte de los casos se trata de argumentos que salen de los mismos maestros para promocionar su sistema o estilo. Claro, le dan un aire esotérico, misterioso y accesible solo a aquellos que tengan el privilegio de pertenecer a sus escuelas. Todos los que practicamos algún arte marcial hemos escuchado las leyendas de que tal individuo entrenó una técnica o un sistema extremadamente brutal, con un golpe o ejercicio secreto. La verdad es que aunque dominemos esas técnicas (por ejemplo la llave Kimura) y señalemos lo escencial de trabar el cuerpo del oponente pinzando su torso con nuestras piernas, si no sabemos de manera intuitiva distribuir nuestro peso en el lugar adecuado, si comprometemos nuestro puntos de apoyo o si no tenemos presente lo cerca que su hombro está de nuestra cara antes de empezar a buscar el control de su muñeca, será fácil que escape o que nos golpee y cancele la efectividad de este movimiento.


Tristemente las artes marciales tradicionales se hallan plagadas de estos mitos y exageraciones. Un ejemplo clásico de esto es el monasterio Shaolin, donde la disciplina era legendariamente estricta con el fin de que los residentes no se distrajeran de sus labores. Las leyendas nos dicen que los estilos de Kung Fu del templo fueron estructurados originalmente como un sistema de ejercicios de respiración controlada. Dentro de las labores diarias estaba suplir al monasterio de agua, tomándola de un pozo que se encontraba en las faldas de la montaña. Había que mantener el templo limpio y soportar los rigores de meditaciones prolongadas desde el amanecer, en silencio y ayunas. Había que hacer esto sin caer dormidos o renunciar a media oración porque el dolor de espalda o de rodillas provocado por una mala postura al sacar hierbas del jardín el día anterior se volvía insoportable.


Veamos a cualquiera realizar este tipo de actividades por cinco horas o más al día y no es un misterio que desarrollarán sus capacidades físicas. Es natural que con este tren de vida se obtiene un nivel superior al regular de resistencia, flexibilidad, balance y reflejos; que desarrollaran una tolerancia al dolor superior a el granjero borracho o al asaltante de carreteras. Es como lo hacen actualmente los deportistas de alto rendimiento. La reputación de un monje, aparentemente frágil que se enfrenta y no solo se pueda defender sino que lo hace al grado de dejar en ridículo a un bravucón es el camino natural de la exageración. No existe ningún secreto místico o golpes alimentados de esa energía misteriosa a la que llaman “chi” en las artes marciales tradicionales. Uno gana ser duro al ser diligente con su entrenamiento, invirtiéndole tiempo a construir una condición física. Añadamos a esto que muchos artes marciales chinos tienden a ser intencionalmente rebuscados y poco intuitivo para principiantes. Así que, ¿acaso insinúo que el Kung Fu Shaolin no funciona? Mientras ejercites adecuadamente, y por períodos a los que se sometían en la antigüedad (4 a 10 horas al día, 7 días a la semana por 5 a 12 años) encontraré difícil que alguien no mejore de manera sorprendente sus capacidades de combate. Lo que no podrá hacer es barrer el piso de la jaula contra atletas modernos con un entrenamiento altamente especializado, y ciertamente nadie se convertirá en un superhéroe de anime. Si lo que queremos aprender es a ganar peleas callejeras no estoy seguro de que estudiar

y recuerden: RE-STOMP THE GROIN

esgrima antigua sea la respuesta perfecta, pero hay peores lugares dónde buscar. Como todo sistema de combate hay que pensar en las aplicaciones al dimensionarlas de forma objetiva en la realidad; las peleas callejeras pueden y frecuentemente involucran a más de un oponente, no están sujetas a categorías de pesos como en el boxeo, hay condiciones de terreno e iluminación disparejas, banquetas, mugre y polvo que entra por tu boca y ojos, armas improvisadas, tu oponente puede estar bajo la influencia de drogas, y hasta llevar armas de fuego... y no existe un solo sistema en la historia, excepto el Ameri-Do-Te© de Master Ken que que pueda garantizar que vas a poder controlar 100% de esos factores. Uno se debe embarcar en las artes marciales para estar fuerte, alerta, confiado y saludable, no con la mira en convertirse en Ryu de Street Fighter.

Ya que estamos hablando de estar fuerte y saludable: Quizá alguna de las personas que me lean no sepan esto, pero por si no es lo suficientemente evidente, soy un nerd de proporciones galácticas. Juego D&D, ajedrez y videojuegos, leo novelas de fantasía, horror y ciencia ficción más de lo que es sano, coleccionaba comics. Y claro, haber dedicado más tiempo a una vida sedentaria no es algo que me haya dejado un cuerpo atlético. Creo que realmente nadie que pase su tiempo leyéndome en internet dudará que es válido formularse la duda ¿cuánto de lo que escribo se queda en solo teoría? ¿Soy capaz de mover una espada? ¿Importa estar fuerte? Se trata de una pregunta muy difícil, porque la respuesta es simultáneamente no mucho y muchísimo. De nuevo, el contexto es la clave aquí. Primero que nada, consideremos una de las diferencias esenciales que existe entre las peleas con un arma y los estilos que no las están contemplando: ¿Cuántos puñetazos o patadas seremos capaces de soportar en el torso antes de quedar knockeados? (la verdad, posiblemente uno, dos o tres) En el primer round de boxeo amateur se lanzan un promedio de 250 golpes. En un ambiente profesional este promedio aumenta a 360 por asalto. De acuerdo a las estadísticas que encontré en sherdog.com, tanto los combates profesionales de Muay Thai como MMA comparten 60.5 como el número de ataques promedio en un asalto de 3 minutos. La proporción de éxito va variando de forma individual enormemente, pero si al menos un 20% de estos ataques conectan, estamos hablando de que quizá 10 ataques alcancen su blanco.


Ahora pensemos en cuántos cortes, tajos o estocadas en cualquiera de nuestras extremidades o masa central seremos capaces no de soportar, sino de sobrevivir. Por más que entrenemos, y nos encontremos en la cúspide de la aptitud atlética humana, el alcance de una espada será mayor que cualquiera de nuestros brazos, su densidad mayor que cualquiera de nuestros huesos, el filo más cortante que nuestras uñas y dientes. Los huesos de la nariz se pueden romper con una fuerza estática de 6 kg, o con un impacto de 5 a 8 libras por pulgada cuadrada (PSI) y tomemos en cuenta que la persona promedio, sin entrenamiento es capaz de lanzar un golpe calculado en 60-85 PSIs (los golpes de boxeadores están en el rango de 194-336 PSIs) ... y que la piel en su punto más grueso requiere menos de cien veces esa presión para ser atravesada.


Debido a esto, los maestros de esgrima antigua hacen un énfasis constante en la idea de que el enfoque principal al entrenar es tocar sin ser tocado. NO tocar y recibir un contragolpe, o intercambiar ataques (a menos de que se desee una vida muy corta)...


"Oye pero después de esa estocada que me diste en el pecho, te hubeira cortado el brazo” Pues sí, seguro. Pero ¿es ese resultado algo óptimo, es algo que queremos repetir y practicar? Si estamos siendo constantemente marcados por nuestros oponentes con contragolpes, no estamos prestando la debida atención a la técnica.


Esto nos lleva a una de los preceptos centrales del combate con armas: no se trata de lanzar diez millones de cortes por segundo en otro tanto millón de ángulos; se trata de no ser tocado.

un Goblin en la vida real

Creo que todos los adultos nos sentimos seguros de poder controlar la violencia de un niño de ocho o diez años, pero esa seguridad se desvanece si el mismo niño tiene un cuchillo de cocina en sus manos. Ahora, aunque las espadas no sean barras de quince kilos, cuando estás tratando de mover un objeto que pesa dos y medio en contra de un oponente que trata de derrotarte mientras esquivas y paras los ataques que van dirigidos en tu contra, hasta un kilo y medio comienza a requerir cierta condición física. Por eso las sesiones de entrenamiento con espada se van a enfocar más en controlar la distancia usando footwork, “juego de piernas” que en sostener en alto guardias y lanzar ataques. Se requiere relativamente poca fuerza para ser peligroso con una espada. PERO se requiere de mucha fuerza para soportar una sesión de entrenamiento no interrumpido de veinte minutos, o una sesión de sparring de cinco. Estar fuerte no será un impedimento, en la vida real las personas musculosas no son grandulones tontos que se mueven en cámara lenta; ciertamente sus tejidos quizá requieran de una mayor oxigenación, pero tener músculos grandes implica que se puede generar mayor velocidad en el swing con facilidad sin tanto cansancio (y por cierto, los cortes amplios requieren de fuerza en la cadera y cintura escapular más que de los bíceps si se tiene buena estructura) y pueden frenar la inercia de cortes para cambiar de dirección con mayor facilidad tras abanicar para evitar una pérdida de balance. La fuerza física también importa muchísimo en bloquear y realizar paradas con redirección (parry), ya que mantendremos nuestra estructura sin fatigarnos.

Y aquí abriremos una nueva caja de Pandora ¿Le gana la técnica a la fuerza bruta? este es uno de los debates eternos en todos los deportes de contacto. Hablar de fuerza bruta es poco claro, porque hay tantos factores involucrados no solo en determinar qué abarca la idea misma de fuerza bruta como en determinar qué condiciones se consideran para implicar una victoria. En concreto, ganar ¿significa acabar de pie hasta el final un combate de cinco asaltos por tres, cinco o diez minutos? ¿El que termine con menor número de heridas? ¿La que conecte con éxito el mayor número de ataques? ¿Azotar a tu oponente en el suelo? ¿Inmovilizar a alguien por ocho o por treinta segundos? ¿la primer gota de sangre derramada? ¿un knockout? ¿intervención médica o decisión por parte de figuras de autoridad externas al combate? ¿quién recibe más aplausos?


Yo mido 1.72 m, peso al rededor de 100 kilos, lo que es una gran ventaja para alguien de mi tamaño. Cuando rolaba o luchaba con alguien de mi rango o experiencia casi siempre ganaba porque gracias a mi peso podía prevenir algunas pinzas y llaves tensándome o aflojando el cuerpo en los momentos adecuados (y generalmente perdía ante los mismos individuos cuando me sometían a una técnica bien elaborada, o por que ni siquiera notaba que las estaban armando). Esto se dificultaba notablemente al forcejear con personas que me superaban en peso o tamaño, aunque no tuvieran técnica o noción de cómo usar su balance. Aquellos sistemas que garantizan que sus técnicas son infalibles si se ejecutan adecuadamente, suelen ser víctimas de una mentira patológica. Uno de los argumentos que más vamos a ver es que mientras una persona cuente con más ventajas naturales (alcance, potencia y velocidad) su dependencia de precisión y técnica se reduce proporcionalmente. A esa ruta de pensamiento la respalda la evidencia... hasta cierto punto.

Si tenemos un boxeador de peso ligero en contra del tipo rudo de un bar que le duplique en tamaño, el resultado varía de qué es lo que estamos evaluando: ¿forcejeo, lucha? me inclino por pensar que gana el biker con chaqueta de cuero y bigote de handlebar. ¿En un ring, con guantes y bajo las reglas de boxeo? la fuerza y peso del miembro de los Hell’s Angels importa, pero pierde relevancia. Ahora, el mismo caso, pero en lugar del biker tenemos a un liniero ofensivo de football americano, la situación cambia, porque no se trata solo de un tipo grande, sino de un atleta familiarizado con aplicar su peso en situaciones de resistencia, y no es acertado catalogarlos como alguien sin experiencia o técnica. En los niveles de principiante o amateur, el gandalla con ventaja de tamaño va dominar a un artista marcial. Pero el mismo individuo no es mucha amenaza para un artista marcial avanzado. Conforme uno avanza en experiencia, depender de la fuerza bruta brinda rendimientos decrecientes, a menos de que vaya de la mano con un refinamiento técnico.

Uno de los ejemplos más claros de contraste físico es el del rikishi Mainoumi Shuhei en su carrera profesional como luchador de Sumo - donde no hay categorías divididas por peso. Mainoumi a veces luchaba con una desventaja de 140 kilos (o más) y aún con eso, Mainoumi era un prodigio técnico de su arte y logró rangos de campeonato. Desafortunadamente, en su último combate al retirarse, ganó al derribar a su oponente, que le cayó encima y le fracturó una pierna. La gente que combate con desventajas físicas son perfectamente capaces de dominar una pelea si su nivel de habilidad es satisfactorio, lo que se debe tener siempre presente es que el precio que se paga por errores es mucho mayor.


Querer simplificar si fuerza o técnica se imponen sobre la otra suele llevarnos a un error. Para evaluar un resultado satisfactorio se tiene que comparar una combinación itinerante de ambos, jerarquizados de mejor a peor la siguiente forma:

  1. fuerza con técnica

  2. fuerza y poca técnica

  3. poca fuerza y técnica

  4. poca fuerza y poca técnica

Tampoco menospreciemos factores psicológicos y aspectos como la seguridad emocional al momento de un enfrentamiento. En muchos aspectos, algunos sistemas de combate derivan sus principios de ellos, como en el Krav Maga, donde los que toman inciativa al atacar suelen generar más oportunidades de terminar con el conflicto que aquellos enfocados exclusivamente en la defensa. La agresividad y la disposición a hacer daño se vuelven no solo importantes sino considerablemente decisivos.


Así que para responder la pregunta del título, por supuesto que sirve. Duh. Se usaba en el pasado donde asesinar a sangre fría era la orden del día.


A Fiore y Liechtenauer se les citaba 200 años después de su muerte; estudiantes y maestros seguían confiando que lo que practicaron ellos y sus alumnos valía la pena. Las técnicas de esgrima antigua funcionan en situaciones de competición, lo hacen en clase y nada me dice

que no funcionarían en una situación de vida o muerte, siempre que se ejecuten de forma correcta, con la intensidad y la intención adecuadas, por alguien conciente de lo que hace y que use cada técnica en contexto apropiado.

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